[ACTUALIZADO] Venezolanos en Perú: La xenofobia nuestra de cada día o cómo los medios han renunciado a sus responsabilidades editoriales

A principios de enero de 2018 programé una alerta de Google News para la palabra «venezolanos».

Días antes había notado que aumentaba el uso de ese término en los titulares de la prensa peruana. Así que quise comprobar si se trataba solo de una impresión guiada por mi propia filter bubble o si, en efecto, los medios peruanos estaban abusando de las notas negativas o «polémicas» protagonizadas por inmigrantes venezolanos.

Estos son algunos de los titulares que fueron apareciendo en mi bandeja de entrada:

Screen Shot 2018-01-31 at 10.32.18 AM

Screen Shot 2018-02-12 at 7.30.40 PM

Screen Shot 2018-01-31 at 10.32.04 AM

Screen Shot 2018-01-31 at 10.31.36 AM

Screen Shot 2018-01-31 at 10.31.05 AM

Screen Shot 2018-01-31 at 10.25.51 AM

Screen Shot 2018-02-10 at 10.55.51 AM

Screen Shot 2018-02-12 at 10.41.39 PM

Screen Shot 2018-02-13 at 12.13.04 AM

Screen Shot 2018-02-12 at 12.57.24 PM

Screen Shot 2018-02-10 at 10.27.39 AM

Screen Shot 2018-02-10 at 10.28.06 AM

Además del uso del gentilicio en el titular, lo que todas esas notas tienen en común es que están hechas a partir de contenido publicado por usuarios de redes sociales: Facebook, WhatsApp o Youtube (además de un servicio de mensajería y un repositorio de videos, estos dos últimos también son redes sociales, si nos guiamos por la famosa definición de Kaplan y Haenlein).

Ese contenido, según nos cuentan los titulares y bajadas de las notas, se hizo «viral», «conmocionó», «enojó», generó «polémica» o «debate» entre los usuarios de esas plataformas. Y es esa supuesta viralidad la que, parece, justifica su publicación.

Hay otro detalle que me llamó la atención. Detalle que pasa desapercibido si uno se queda solo en los titulares. Ninguno de los «venezolanos» protagonistas de la noticia tiene nombre. NI UNO. No sabemos, y no es arriesgado suponer que los redactores tampoco (de lo contrario lo habrían consignado en alguna parte de sus notas), cómo se llama uno solo de los venezolanos mencionados en esos titulares. Repito: NI UNO.

Esta de arriba es tan solo una pequeña selección de notas, pero basta para hacernos una idea de qué guía el interés de los editores y/o redactores de esas webs, al menos a la hora de seleccionar y publicar estas noticias: el conflicto entre venezolanos (ellos) y peruanos (nosotros).

Cualquier conflicto. Por trivial o ridículo que sea.

Incluso este:

Screen Shot 2018-02-12 at 1.08.37 PM

Screen Shot 2018-02-09 at 2.06.59 PM

Este es el cuerpo de la nota del diario La República, hoy desaparecida de su página web (volveré sobre esto más adelante), y ya solo accesible en la copia almacenada en caché de Google. Las negritas son mías:

Llaman la atención. Miles de usuarios de en las redes sociales [sic], especialmente en YouTube, se han mostrado sumamente indignados luego de que se hiciera viral un video que muestra cómo una pareja de venezolanos queda asqueada tras probar una vaso [sic] de chicha morada. Sigue leyendo para más detalles.

Como se puede apreciar en el video, que tiene miles de reproducciones en YouTube, una pareja de venezolanos se encontraba comiendo hamburguesas y decidieron acompañarlas con un vaso de chicha morada.

«Vamos a comer unas hamburguesitas y tuvimos la ‘brillante idea’ de pedir chicha morada», dice la muchacha enfocando a su amigo, quien hace un gesto como de disgusto, algo que ha disgustado a miles de peruanos en YouTube.

De acuerdo a la autora del video, que ha sido muy criticado en YouTube y otras redes sociales, la muchacha venezolana había probado anteriormente chicha morada; sin embargo, no le había gustado en absoluto.

Ella y su acompañante esperan que esta vez, la chica morada [sic] sepa mejor y comienzan a probar la bebida. «No tiene mayor ciencia», se puede escuchar decir al joven venezolano.

Por su parte, la chica venezolano [sic] tras probar la chicha morada aseguró que «sabe horrible».

Que uno, dos, tres y hasta cuatro medios establecidos decidan convertir en noticia el video de una pareja de jóvenes que se graban probando una bebida en un restaurante, me recordó una carta al director que publicó el diario El País en diciembre de 2016:

Un par de años antes, otro lector, este de la edición sevillana del diario ABC, había enviado y conseguido que le publicaran una carta similar:

colchon

La clave se encuentra en una frase casi idéntica que comparten ambas cartas: «Ya que la gente cuenta todo por redes sociales, he pensado que a lo mejor podría interesar a los lectores de este periódico». El lector del ABC va un poco más lejos aún: «Ya que se comparte información sin interés alguno para la gran mayoría, hagamos que se entere más gente aún».

La broma de ambas cartas reside en una pregunta para la que todos —si somos sinceros con nosotros mismos— tenemos la misma respuesta: ¿Por qué habrían de interesar esas nimiedades —que a alguien se le caiga un vaso de cristal, que a un segundo le cambien el colchón o que un tercero coma «una tapita de queso»— a los lectores de un diario?

Por ninguna razón.

En esa línea, ¿por qué habría de ser una información valiosa para los lectores de un medio noticioso que dos extranjeros —quienes, al igual que en los otros ejemplos consignados párrafos arriba, no tienen nombre— opinen que la chicha morada «sabe horrible»?

En principio, de nuevo, por ninguna razón. Pero, además, ¿cuál es la necesidad de incidir en una polémica tan ridícula en el contexto de otras tantas notas que hacen énfasis en ese «ellos» versus «nosotros»; que alientan, seguro sin querer, a la xenofobia?

Para saberlo, y dado que tanto La República como Correo han sido los dos medios más pródigos en este tipo de notas entre enero y febrero, me comuniqué con sus editores. Lastimosamente, el director digital de Correo, Antonio Manco, nunca respondió a los varios mensajes que le envié.

Por suerte, el editor general web de La República, Rider Bendezú, sí contestó al mensaje de Facebook del martes 12 de febrero en que le explicaba que quería hacerle algunas preguntas.

Sin embargo, mientras esperaba su respuesta, ocurrió algo que me llamó la atención. Algunas de las notas sobre las que quería conversar con Bendezú empezaron a desaparecer del site de La República. No todas, pero por lo menos cinco de ellas. Incluida la titulada: YouTube viral: Venezolanos prueban chicha morada y hacen polémico gesto [VIDEO].

Cuando unas horas después de mi primer mensaje pudimos hablar por teléfono, le pregunté a Bendezú cuál era el sistema o procedimiento para producir esas notas. ¿Eran iniciativa de un redactor o eran encargos de un editor? ¿Era él consciente de que notas de esas características alentaban a la xenofobia?

Y, también, ¿cuál creía él que era el interés periodístico de notas como «Polémica en Facebook: Graban a peruano y venezolano peleándose en bus», «Facebook Viral: Polémica por venezolana que llama ‘feos’ y ‘mutantes’ a peruanos» o «Via WhatsApp: Venezolanos insultan a peruanas en audio filtrado»?

Antes de responder, Bendezú me dijo que había visto unos tuits que yo había publicado días antes y consideraba injusto que acusara a La República de alentar la xenofobia.

Estos son mis tuits:

Lo primero que le dije al editor web de La República fue que quizá me había expresado mal. Yo no creía que él, sus redactores o incluso el diario fueran xenófobos. Creía sí que, al intentar satisfacer un supuesto interés de sus lectores o al hacerse eco de manera irreflexiva de una parte de la conversación que ocurre en redes sociales, estaban alentando a la xenofobia. Creía que esa incitación a la xenofobia era un daño colateral producido por la ausencia de un adecuado proceso de selección de lo que es o no es noticia.

«Dices que las publicamos en busca de clicks, pero esas notas no son las más vistas», me dijo Bendezú. Si ni siquiera es ese el motivo, repliqué, ¿por qué las publican? ¿cuál es el criterio detrás?

«El diario tiene una postura clara a favor de la migración venezolana», me dijo. De hecho, «contamos con dos redactoras venezolanas en la redacción, que entraron por un proceso regular de selección y a las que pagamos igual que a sus compañeros».

La República, me dijo también el editor, ha publicado 142 notas sobre Venezuela o venezolanos de noviembre a esta parte. Y ha publicado varios editoriales —el «mejor lugar para expresar la posición de un medio comunicación», a su entender— en contra del régimen de Maduro y de los, por ahora, pequeños brotes de xenofobia.

Eso es precisamente lo que me llama la atención, le dije. Si el diario tiene esa línea editorial, cómo es posible que no vean que con estas notas, que no son pocas, están atizando la xenofobia de una parte de sus lectores. ¿Cuál es la razón para publicarlas? ¿Cuál es el criterio periodístico?

Bendezú respondió que las notas sobre venezolanos se encontraban todas dentro de la sección que el site de La República denomina Tendencias. Es decir, según sus propias palabras, «contenido que se está haciendo viral en redes sociales, del que están hablando los usuarios de redes sociales». Esas notas, me dijo el editor, «no tienen el ADN de La República, y por eso se agrupan en esa sección, se colocan en un lugar específico de la página web y se destacan incluso con un señalizador rojo que dice TENDENCIAS». Son, continuó, «notas que los usuarios no deberían leer, pero lastimosamente leen, como las notas de espectáculos».

A continuación, el editor mencionó un artículo escrito por él y publicado en la web del diario en febrero de 2017, donde ya apuntaba esa diferencia entre uno y otro tipo de notas. En su texto Bendezú decía:

En nuestra página de Facebook compartimos notas de todas las secciones de la web. Sin embargo, las publicaciones de entretenimiento son criticadas por no ajustarse a la línea editorial que acompañó a la marca La República por muchos años.

La redacción web no es ajena a estas críticas y es por ello que no descuidamos la publicación de #noticiasQueimportan. Lo que también tenemos claro es que en Internet el consumo de contenidos no solo es noticioso y por eso tenemos las secciones de Espectáculos y Ocio.

Contrario a lo que quisiéramos, las #noticiasQueimportan no son las más leídas, esa atención se la roban las publicaciones de entretenimiento, pese a ser las más vilipendiadas en redes sociales.

Luego de leer el texto, le pregunté: Entonces, en esa línea, ¿esas notas sobre venezolanos que hemos estado comentando, algunas que han retirado ya, serían #noticiasQueNoimportan?

La respuesta de Bendezú fue: «Por algo han estado en la sección Tendencias».

¿Qué tipo de verificación habían realizado? ¿Habían intentado contactar a las personas que protagonizan las notas o que colgaron los videos en redes sociales? Bendezú me dijo que no. Que en estos casos comprobaban que los videos fueran recientes y no que se publicaran como nuevos cuando habían ocurrido hace ya tiempo, pero nada más.

¿Basta entonces con que el video sea publicado por un usuario de alguna red social? El editor digital de La República me dijo que no creía que hiciera falta más verificación, que el hecho había ocurrido y estaba registrado. No hacía falta tampoco conocer los nombres de las personas implicadas.

Por último, le pregunté por qué habían borrado algunas de las notas. «Por autorregulación», me dijo. «Creo que algunas notas no debieron ser publicadas. No tenían mayor interés y ya han sido retiradas».

¿Y no pensaba, como editor, que los lectores merecían algún tipo de explicación? ¿Iban a colocar alguna indicación sobre la desaparición de esos artículos? «No veo por qué, tiene que ver con nuestra autorregulación. Si te mostrara los mensajes que recibimos, los lectores no se han quejado por esas notas, nosotros hemos tomado la decisión de sacarlas, no veo por qué habría que explicarlo», me dijo.

Recapitulemos.

1.-La edición digital de uno de los principales diarios peruanos publica —al igual que varios otros medios pero en mayor cantidad— una serie de notas en las que el énfasis está puesto en la confrontación o conflicto entre inmigrantes venezolanos y ciudadanos peruanos.

2.-Casi todas esas notas están confeccionadas a partir de videos o audios o mensajes publicados en redes sociales por terceros. Los redactores que utilizan ese contenido y colocan titulares como «YouTube viral: Venezolanos prueban chicha morada y hacen polémico gesto [VIDEO]» reproducen en sus notas la mínima información que trae el video o post respectivo sin indagar nada más. Sin siquiera preocuparse por averiguar el nombre de los protagonistas de su «noticia».

3.-El editor del site considera —contraviniendo conocimientos básicos de cómo leen los usuarios en Internet, que indican que quienes acceden a noticias en páginas web no reconocen las secciones en que están publicadas, de hecho muchos de los que acceden a ellas a través de redes sociales ni siquiera reconocen o recuerdan las cabeceras que las amparan— que esas notas no representan la línea del diario, que de hecho son «notas que los usuarios no deberían leer» y que no hay problema porque se publican dentro de la sección Tendencias.

Pero, además, piensa que son un asunto menor ya que el site del diario «ha publicado 142 notas» sobre Venezuela o venezolanos y no todas son como las que he mostrado párrafos arriba.

Como si no estuvieran todas —las #noticiasQueimportan y las que supuestamente no— amparadas por la cabecera/marca del diario y no fueran distribuidas a través de sus redes sociales.

Como si los procedimientos periodísticos no fueran aplicables a unas y otras. Como si la publicación de artículos en un medio fuera un juego de suma cero, donde unas notas «positivas» o debidamente reporteadas anularan las «negativas» o confeccionadas sin respetar el más mínimo proceso de verificación.

Como si, en Internet y en redes sociales, el reino de la ausencia de contexto, cada nota no debiera justificarse y defenderse a sí misma.

4.-Días después de publicadas, algunas de esas notas son eliminadas de la página web del diario. El editor responsable considera que los lectores, aquellos que han leído e incluso compartido o comentado las notas en sus redes sociales, no merecen ninguna explicación. Basta con eliminarlas sin más.

Rider Bendezú es un periodista experimentado, según él mismo me dijo lleva más de seis años trabajando en periodismo digital. Es, desde hace un año, jefe de edición digital de La República, además de profesor universitario de periodismo y comunicación digital, como indica su propia página de LinkedIn.

Es por ello que me sorprenden sus respuestas.

Uno de los vicios habituales en la crítica a medios en redes sociales es culpar de los errores a los becarios o practicantes. Cada vez que un gran medio o una marca noticiosa conocida publica una tontería o incurre en un fallo relativamente grave, y es castigado o criticado por ello en redes sociales, no falta quien levante la voz y el dedo acusador para decir: «se nota que ya solo trabajan ahí practicantes» o «seguro dejaron solo al practicante».

Cualquiera que haya trabajado en una redacción sabe que esto no es cierto. La mayoría de medios emplea becarios o practicantes pero estos son un porcentaje pequeño de la planilla. Además, al igual que cualquier otro redactor, un practicante se encuentra bajo la autoridad y supervisión de un editor, aun cuando a muchos editores esto parece olvidárseles en el día a día.

No son practicantes los que deciden convertir en noticia cualquier irrelevancia que haya conseguido capturar la atención de un puñado de usuarios de redes sociales. No son ellos los que deciden publicar ese video, esa polémica, ese audio de WhatsApp sin llevar a cabo ninguna verificación.

Son sus editores los que han tomado previamente la decisión de prescindir de los procedimientos básicos del periodismo y dejar el poder de selección de noticias al vaivén de la conversación en redes sociales.

¿Por qué? Podemos encontrar una pista en la última columna del periodista Fernando Vivas publicada este miércoles 14 en el diario El Comercio:

El periodismo tiene herramientas para saber que el público se interesa por sucesos protagonizados por venezolanos, aunque sean banales. Y la lógica del SEO (Search Engine Optimization) recomienda, a los medios, titular notas con palabras claves como ‘venezolano’. ‘Sismo’ es otra palabra clave; por eso, bromeando con un colega, le aposté que escribiría una columna con las dos. No me digan que el video de un venezolano asustado ante su primer temblor no sería un viral.

El mismo Vivas señala líneas después:

Ahora bien, no todo lo que le guste a la gente es pertinente. La ética no depende de razones comerciales.

A continuación, Vivas se extiende en una confusa explicación en la que intenta justificar (para luego rechazar él mismo esa justificación líneas más adelante) la publicación de notas donde se destaca de manera gratuita la nacionalidad venezolana de sus protagonistas porque «PPK y la oposición fujimorista coincidieron con satanizar a Maduro al punto de promover concesiones especiales para migrar».

Pero voy a centrarme en «la lógica SEO» de la que habla el columnista. Como señala Vivas, existen diversas herramientas para detectar palabras claves que interesan a los usuarios de Internet.

Cuando se habla de SEO, estamos hablando de técnicas para aprovechar el interés de los usuarios de buscadores. Teniendo en cuenta que entre el 86.87% y el 91.74% de las búsquedas de Internet se hacen en Google, cuando hablamos de técnicas para SEO estamos hablando exclusivamente de Google.

Este es un cuadro de Google Trends que muestra el aumento de las búsquedas que incluyen la palabra «venezolanos» realizadas por usuarios peruanos o conectados desde el Perú:

Screen Shot 2018-02-14 at 1.53.07 PM

Como ven, la escalada de interés comienza a mediados de enero y alcanza sus picos —100 representa el valor máximo en la escala de interés de Trends— a finales de ese mes y principios de febrero. Es decir, en las fechas en que fueron publicadas todas las notas que he reseñado párrafos arriba.

¿Qué hecho particular generó ese aumento en el interés de los internautas peruanos por la palabra «venezolanos»?

El 24 de enero, los dos diarios principales del país, El Comercio y La República, daban cuenta de las declaraciones de Eduardo Sevilla, superintendente nacional de Migraciones, quien informaba que «actualmente hay más de 100 mil ciudadanos venezolanos en calidad de turistas, con Permiso Temporal de Permanencia (PTP) y residentes».

Esa misma semana, unos días después, el congresista Justiniano Apaza declaraba a El Comercio:

Creo que el Ejecutivo debe tomar una decisión. El problema es el ingreso masivo que hay ahora [de ciudadanos de Venezuela]. Creo que hay que poner restricciones o, en todo caso, regular su ingreso.

A Apaza le respondieron varios de sus colegas, rechazando sus declaraciones. También algunas caras conocidas de la televisión peruana, que criticaron su postura. Así como un par de activistas venezolanos residentes en Lima entrevistados por los medios.

La cuestión venezolana, enfocada ahora en el adecuado o excesivo número de migrantes procedentes de ese país, se convirtió en pocos días en un tema popular en sites noticiosos y redes sociales, razón por la cual, como indicaba unos párrafos arriba, se dispararon las búsquedas del término «venezolanos» en Google.

En consecuencia, varios medios, sobre todo La República y Correo, empezaron a publicar cualquier nota que tuviera la palabra venezolanos en el titular.

El ciclo es más o menos así:

—Los medios hablan de un tema.

—El tema, por las razones que sea, llama la atención de los usuarios de Internet, elevando su presencia en Google y redes sociales.

—Como los usuarios de redes sociales están hablando de ese tema, los medios ahora buscan producir más notas al respecto, para lo que se sirven del contenido producido por los usuario de redes sociales.

—Las nuevas notas refrendan el interés de los usuarios y el posicionamiento del tema en cuestión en Google y redes sociales, así que los usuarios vuelven a responder produciendo nuevo contenido, que una vez más es levantado por los medios y convertido en notas.

—Y así hasta que los usuarios de redes sociales se aburren y pasan a otra cosa.

—Nuevo tema y vuelta a empezar.

Lo hemos visto una y otra vez. La última, gracias al famoso lomo saltado de 65 soles que inundó redes sociales y titulares hace un par de semanas. Lo vimos también a mediados de enero cuando un restaurante de comida china fue injustamente acusado de servir carne de perro. Y, antes, a finales de noviembre cuando se difundió un absurdo audio de WhatsApp que supuestamente explicaba las razones del resultado analítico adverso de Paolo Guerrero.

Y lo estamos viendo ahora con cualquier asunto protagonizado por «venezolanos».

Ocurre que la mayoría de veces estas notas producidas a partir de contenido de usuarios de redes sociales (un video, una foto, un audio, un comentario airado) y que no se verifican de ninguna forma versan sobre temas menores, o que los editores consideran menores: escándalos de farándula, pequeños accidentes sin graves consecuencias, quejas de consumidores, charlas intrascendentes entre desconocidos de carácter supuestamente humorístico, y un largo y tedioso etcétera.

Como ya he explicado en otra ocasión, muchos periodistas, incluso los encargados de redactarlas, ven con desdén ese tipo de noticias y consideran que, dada su liviandad, los principios o procesos periodísticos no aplican para ellas. Si van a ir en la sección virales o tendencias, para qué cuestionar su pertinencia, relevancia o siquiera verificarlas.

Aquí, por ejemplo, los titulares de unas cuantas notas publicadas ayer 14 de febrero en la sección Tendencias del diario La República:

Screen Shot 2018-02-14 at 4.13.25 PM

Screen Shot 2018-02-14 at 4.13.15 PM

Screen Shot 2018-02-14 at 4.12.53 PM

¿Hay un OVNI en un Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA (¿?) como invita a pensar el artículo? Es improbable. Tanto que la nota ni siquiera señala el nombre o ubicación del supuesto laboratorio. Pero qué más da, la imagen de Google Maps es «impactante» y se ha hecho «viral.

¿Le importa a la audiencia de un medio de comunicación que una mujer desconocida descubra a través de unos mensajes de WhatsApp que su esposo le es infiel con una amiga? No. Tan irrelevante parece ser, que los redactores ni siquiera han hecho el esfuerzo por identificar a los involucrados ni averiguar dónde se encuentran. No tenemos idea de cómo se llaman, si se encuentran en Perú, México, Argentina o Suiza. Qué importan esos detalles, si se trata de un «WhatsApp viral».

¿Existe algún interés periodístico en que un par de supuestos amigos no identificados discutan a través de WhatsApp sobre unas supuestas fotos pornográficas («pack»)? No, pero como dice la nota, «la conversación es tendencia en las redes sociales» y eso basta para que un redactor utilice unas cuantas capturas de pantalla y redacte otro artículo más de Tendencias.

Pero qué ocurre cuando se aplica esa misma laxitud, esa misma inconsciencia e irresponsabilidad periodística, habitualmente empleadas en notas que los mismos editores consideran que «los usuarios no deberían leer», a un asunto con tintes serios.

¿Qué ocurre cuando ya no se trata de un OVNI inexistente o una irrelevante conversación en WhatsApp, sino del bienestar de un amplio grupo de personas huyendo de una situación de emergencia y acomodándose en un país que no es el suyo?

Bueno, ocurre lo que hemos visto al comienzo de este artículo. Ocurre que, al abdicar de su responsabilidad como editores, es decir, al renunciar a aplicar criterios periodísticos y guiarse únicamente por aquello que «se está viralizando» en redes sociales, están alentando la xenofobia que sus propias páginas editoriales dicen combatir.

Lo más saltante, si se quiere, no es que estén incitando a la xenofobia, sino que lo estén haciendo de forma tan irresponsable, sin siquiera reparar en ello. Amparados en contenido producido por terceros que no someten a la más mínima verificación. Y excusándose en que son los temas de que están «hablando los usuarios de redes sociales», son unas pocas notas y que las publican solo en la sección Tendencias.

Reduciendo sus medios, una vez más, a meros repetidores de aquello que se hizo «viral», «conmocionó», «enojó», generó «polémica» o «debate» entre los usuarios de redes sociales. A los que han convertido, de facto y ad honorem, en editores jefe de esas páginas web.

ACTUALIZACIÓN 24 DE ABRIL 2018

El 24 de abril de 2018, el diario La República, principal productor de noticias sobre «venezolanos» en la prensa peruana, fue un paso más allá en su no-intencionada campaña de incitación a la xenofobia contra migrantes venezolanos.

En esta ocasión el artículo no ponía el énfasis en los ridículos conflictos ocurridos entre venezolanos y peruanos, ni se apoyaba en contenido producido por usuarios de redes sociales, ni estaba publicado dentro de su famosa sección Tendencias. Esta vez, el redactor responsable de la nota (que va sin firma o, más bien, firmada con un «Redacción LR»), utilizaba la supuesta licencia que brinda un titular entre signos de interrogación para inventar un conflicto nuevo.

Esta era la «noticia»:

Dbo_K04VwAAPRqR

La nota empezaba así:

El aumento de venezolanos en Perú ha llenado de incertumbre (sic) a la población, debido a que por primera vez, en el milenio, aumentó la tasa de pobreza en el país; noticia que es materia de análisis y encontrar si realmente el crecimiento de los criollos es la verdadera causa.

Dejemos de lado que el titular es un ejemplo de libro de la famosa Ley de Betteridge: «todo titular en forma de pregunta puede ser respondido con un NO». Y que hace falta sortear el titular, la bajada, cinco párrafos y, en la versión móvil, dos quiebres publicitarios para llegar a la respuesta a ese titular tendencioso y amarillista.

En el penúltimo párrafo, Carlos Parodi, economista de la Universidad del Pacífico, señala: «No veo una causalidad con las cifras del estudio de pobreza. Eventualmente podría tener efectos, pero solo en la medida que tenga impactos significativos en los empleos. Por ahora no lo veo por ahí».

Así que no, los venezolanos no son la causa del aumento de la pobreza. Por si hacía falta aclararlo.

Pero prestemos atención al arranque de la nota. Sobre todo a esa primera oración:

Dbo_LYdV0AU4nF7

Primero, imagino que donde dice «incertumbre» el redactor ha querido escribir «incertidumbre». Entonces, según este artículo, la población peruana se encuentra «llena de incertidumbre» por «el aumento de venezolanos en Perú».

¿Por qué? Ahí tenemos la respuesta: «debido a que por primera vez, en el milenio, aumentó la tasa de pobreza en el país».

¿Existe alguna relación de causalidad entre el «aumento de venezolanos» y el aumento de «la tasa de pobreza en el país»? No, ninguna. El economista consultado lo dice en el penúltimo párrafo de la nota.

Entonces, ¿por qué la población peruana se ha llenado de incertidumbre? Ni idea.

¿Antes de colocar ese titular en interrogación –recuerden: «Venezolanos en Perú: ¿Son la causa del aumento de pobreza?»– conoce el redactor la respuesta a su pregunta? Sí, claro.

Entonces, ¿por qué colocar ese titular? ¿por qué redactar ese primer y confuso párrafo?

Por la misma razón que, solo en el último mes, se redactaron y publicaron estas otras notas:

Por amarillismo. Un amarillismo irresponsable e irreflexivo, guiado por la búsqueda de clicks. Y que, por muchos editoriales exculpatorios que se escriban, alienta día sí y día también la xenofobia.

ACTUALIZACIÓN 8 DE AGOSTO DE 2018

Hay días que pienso que nunca terminaré de actualizar este post. Como conté en la pieza original, que publiqué aquí en febrero de 2018 y que también forma parte del libro No hemos entendido nada: Qué ocurre cuando dejamos el futuro de la prensa a merced de un algoritmo (Debate, 2018), a principios de este año programé una alerta de Google News con la palabra «venezolanos». Esa alerta me sirvió para monitorear el tratamiento que la prensa peruana ha dado a la migración venezolana.

Aun con el post publicado (el quinto más leído de la corta historia de este blog) y con el libro ya en librerías, opté por no desactivar la alerta. Por dos razones, una personal y otra profesional. Ambas relacionadas.

Primero la personal:

Elda Cantú es mi esposa. Algunos de los lectores de este blog conocerán su trabajo como periodista, editora y profesora. Elda –o Lizzy, para los amigos– es mexicana y vive hace ocho años en Lima. De hecho, Elda vive en Lima hace más tiempo que yo.

Esto último, por supuesto, requiere una explicación. Si bien yo nací y crecí en Lima, en el año 2001 emigré a España. Partí como estudiante universitario, tuve mucha suerte y me fui quedando. Empecé a trabajar como periodista, abandoné la carrera, seguí trabajando como periodista y así pasaron casi 11 años. No regresé a vivir a Lima sino hasta abril de 2012, hace poco más de seis años. Fue aquí, de vuelta en mi ciudad natal, trabajando en la revista Etiqueta Negra, donde conocí a la que hoy es mi esposa y, primero, fue mi editora y cómplice.

Tanto Elda como yo sabemos, de maneras distintas, lo que es ser extranjero en un país de acogida. Y, si bien creo que ambos podemos decir que hemos tenido mucha suerte y podría considerársenos privilegiados, sabemos también lo que es estar solo en una ciudad que no es la tuya buscándote la vida.

Eso nos lleva a la razón profesional. Como ocurre con muchos otros escritores, a veces la experiencia personal suele configurar los temas que nos interesan u obsesionan. Desde el año pasado, Elda y yo estamos siguiendo de cerca lo que ocurre con la migración venezolana en el Perú.

Esta fue la primera pieza que ella escribió al respecto para The New York Times en Español a finales de marzo de 2017:

Hace poco, Elda y yo terminamos de grabar un reportaje sobre el tema del que no puedo decir más porque los editores no me han autorizado a ello, pero será publicado pronto y, si les interesa, podrán escucharlo.

Desde que escribí originalmente ese post del blog, día tras día, he seguido recibiendo en mi buzón de Gmail un email que me alerta sobre lo que los medios peruanos vienen haciendo cuando hablan de «venezolanos». Durante un tiempo el interés en las noticias relacionadas con «venezolanos» disminuyó, así como el morbo o amarillismo con que estas se redactaban y titulaban. Lastimosamente, esa caída no duró mucho.

La curva en la producción de noticias y amarillismo de los medios peruanos a la hora de tocar la migración venezolana coincide, por lo que he ido viendo estos meses, con esta otra curva:

Screen Shot 2018-08-08 at 9.33.53 AM

Ese es un cuadro de Google Trends que mide el interés de los usuarios peruanos de Google a la hora de buscar el término «venezolanos». A quien le interese la manera en que funciona Trends y la forma en que influye en la producción noticiosa de los medios, puede leer la pieza original varios párrafos arriba.

Como ven en el cuadro de arriba, el interés de los internautas peruanos ha escalado de forma notable en las últimas semanas. Voy a ponerlo en perspectiva para que entiendan la magnitud de esa escalada.

Este otro cuadro de abajo se encontraba en la pieza original:

Screen Shot 2018-02-14 at 1.53.07 PM

¿Ven ese pico fechado entre el 21 de enero y el 27 de enero de 2018?

Bueno, ese pico, el valor máximo de interés en las búsquedas de Google peruanas de la palabra «venezolanos» a principios de este año, es casi imperceptible comparado con el nuevo pico hoy, ubicado al extremo derecho de este otro cuadro:

Screen Shot 2018-08-08 at 10.32.11 AM

Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que el interés de los internautas peruanos por la palabra «venezolanos» a la hora de buscar en Google se ha duplicado.

¿Cómo ha ocurrido esto?

Como decía al inicio, hay días que siento nunca que dejaré de actualizar este post. De unas semanas a esta parte, no hay día en que no me tope con varias «noticias» que responden a las características que describí en el post original:

–La edición digital de uno de los principales diarios peruanos publica —al igual que varios otros medios pero en mayor cantidad— una serie de notas en las que el énfasis está puesto en la confrontación o conflicto entre inmigrantes venezolanos y ciudadanos peruanos.

–Casi todas esas notas están confeccionadas a partir de videos o audios o mensajes publicados en redes sociales por terceros. Los redactores que utilizan ese contenido reproducen en sus notas la mínima información que trae el video o post respectivo sin indagar nada más. Sin siquiera preocuparse por averiguar el nombre de los protagonistas de su “noticia”.

Noticias como esta:

Screen Shot 2018-08-08 at 10.36.18 AM

O, aun peor, como esta:

Screen Shot 2018-08-08 at 8.49.40 AM

Voy a detenerme un momento a analizar esta última. Pueden leerla en su habitat natural aquí (si es que no la borran antes).

Este es el cuerpo de la noticia:

Las cámaras de vigilancia de la Municipalidad Provincial de Tumbes grabaron a un grupo de ciudadanos venezolanos cuando posaban para una foto con un arma blanca en la mano, para luego intentar arrebatarle su celular a un transeúnte quien felizmente logró escapar.

El hecho se registró a la 1:00 de la mañana en las inmediaciones del paseo Triunfino, donde se encontraban dos venezolanos, uno de ellos le toma una foto a su compatriota, quien posa con una navaja en la mano derecha en media calle.

Sin embargo, minutos después utiliza el arma blanca para amenazar a un conductor de una mototaxi que transita por el lugar, a manera de juego se desafían pero luego se dan las manos de manera efusiva. No contentos con el hecho, se percatan de la presencia de un transeúnte, quien habla por celular, mientras uno sube al vehículo el otro se abalanza a su víctima, quien logra esquivar al delincuente después de haber guardado el celular en su bolsillo.

Alertados por la central de monitoreo un patrullero ya estaba en el lugar quien inicia una persecución del vehículo que fue registrado por las cámaras para identificarlos plenamente y advertir a la ciudadanía que tenga mucho cuidado.

La nota de La República va acompañada de un video. Pueden verlo en la nota original. O, si quieren seguir leyendo, pueden verlo aquí abajo:

Por suerte, La República no es el único medio que se hizo eco del asalto fallido de esa peligrosa banda de venezolanos en las calles de Tumbes. El video de arriba proviene de la edición de mediodía de 24 Horas, el noticiero televisivo de Panamericana Televisión. Es el mismo que publica La República en su página web. Con una diferencia.

Si uno lee la nota de La República y ve el video mudo –se trata de una cámara de seguridad que no registra audio– que la acompaña, y que también emitió 24 Horas, resulta casi inevitable hacerse la siguiente pregunta: ¿Cómo sabe el redactor de La República o el reportero de 24 Horas que los fallidos asaltantes son venezolanos?

Por suerte, el reportero de 24 Horas entrevista a un responsable de la Gerencia de Seguridad Ciudadana de la Municipalidad Provincial de Tumbes, quien, ojalá, consiga aclararnos este punto.

Screen Shot 2018-08-08 at 11.09.46 AM

¿Qué dice este responsable de la municipalidad? Dice, exactamente, lo siguiente: «Se encontraban tres ciudadanos. Al parecer venezolanos, ¿no?»

Pueden, de hecho, ver el momento exacto aquí:

Voy a repetirlo: «Se encontraban tres ciudadanos. Al parecer venezolanos, ¿no?»

¿Cómo sabe el responsable de la municipalidad de Tumbes que los ciudadanos son «al parecer venezolanos»? Ni idea, no lo dice.

¿Se lo preguntó el redactor de 24 Horas? No lo sabemos. No lo muestran en el video.

¿Tiene el redactor de La República idea de cómo es que la Municipalidad Provincial de Tumbes, proveedora del video, sabe que los frustrados asaltantes son venezolanos? No. O, al menos, no lo cuenta en su nota. No es descabellado imaginar que si lo supiera, lo mencionaría. De hecho, en un momento de su nota dice que «un patrullero ya estaba en el lugar quien inicia una persecución del vehículo que fue registrado por las cámaras para identificarlos plenamente [a los asaltantes, se entiende]» (sic).

Pero, si los identificaron plenamente, ¿cómo es que no conocemos sus nombres? ¿cómo es que el responsable de Seguridad Ciudadana de la Municipalidad Provincial de Tumbes, a la mañana siguiente, sigue diciendo «al parecer venezolanos»? De nuevo, no lo sabemos.

Es así, con esa irresponsabilidad, con ese apetito por clicks rápidos y sin ningún rigor periodístico, que se consigue que los internautas peruanos dupliquen sus búsquedas en Google del término «venezolanos». Así, sin verificación alguna y con titulares amarillistas, que se consigue atizar y encender el fuego de la xenofobia.

Espero que estén contentos.

26 comentarios en “[ACTUALIZADO] Venezolanos en Perú: La xenofobia nuestra de cada día o cómo los medios han renunciado a sus responsabilidades editoriales

  1. Miguel Alcalde dijo:

    B noches. En efecto como señala Ud la prensa limeña no solo web sino escrita y tv pública para ganar audiencia. Yo soy peruano llevo casi 20 años fuera del país y cada vez que regreso me decepciono de la calidad de la información que se preocupan en publicar y difundir los medios. Basta con ver los noticieros y periódicos cuyo contenido no es más que noticias para aumentar el rating de tipo sensacionalista al punto que parecen chismes en lugar de noticias. Eso seguramente porque los editores lo hacen en base a lo q explica Ud seguir tendencias y retroalimentarlas para aumentar sus ventas. Lo veo en la manera que manejan la información y no se puede criticar menos la baja calidad de los programas que tienen mayor rating no son novelas sino realities sin ningún contenido ni menos educativo. Por supuesto hay muchas excepciones pero lamentablemente parece ser la regla. Fruto de una excesiva libertad de prensa en un medio altamente competitivo? No debería ser si hubieran controles acertados y líneas editoriales responsables. Herencia de la patética línea que se heredo del segundo gobierno de Fujimori Montesinos que inundaban los quioscos de noticias amarillistas solo por vender más para sus mismos medios y sin ningún contenido solo para desviar la opinión pública como cortina de humo y distracción a los problemas reales que existían? Quizás la radio se salva por estar dedicada principalmente a Musica y no a noticias. Reiteró cada vez q regreso a Lima lo q más me decepciona y asombra es la baja calidad de los contenidos de la prensa escrita, tv, etc. Ojalá pronto editores responsables reflexionen y cambie esta situación para mejor calidad de los medios. Atentamente,

  2. Omar Leal dijo:

    Si se observa como se manejan los noticieros en Peru, sobre las noticias de hechos criminales, les aseguro que les tenderia a dar nauseas. Una noticia que se da en treinta segundos, la dan durante al menos cinco minutos, ya sea de violaciones, venganzas, hechos de sangre, asesinatos, etc. Ya no veo noticieros por TV. Un hermano dice que le recuerdan al diario Cronica Policial. Parecen apologias del delito. Incluso dan detalles de, por ejemplo en un asesinato por envenenamiento en un bar, cual medicamento especifico, con nombre se añadio a la bebida. Si el recipe es necesario para comprarlo ellos, a traves de un periodista camuflado, muestran lo facil que es comprarlo pagando por debajo de cuerdas para obtenerlo y el monto a pagar. En fin, te enseñan como asesinar a alguien de la misma manera.
    Si les cuento los casos de violaciones de menores, los tipos dicen ante las camaras cuantos dias se aprovecho y si disfruto de ello. Y para completar, el periodista dice que muchos de ellos saldran en libertad por tal o cual motivo. O sea, para mi una clara apologia del delito, planteado de una manera morbosa y mostrando la impunidad posible.
    Para complementar, estamos en una sociedad que relega a la mujer a un plano muy bajo, donde las culpas son justificadas a los hombres y recaen sobre la mujer.
    Se pierde en ello el sentido de la denuncia social. Yo creo que deberian revisar los pensum de la carrera de comunicacion social. Esto lo hago como una critica constructiva, pues no puedo negar que en este pais me han tratado muy bien.
    Si alguien cree que lo dicho es falso, les invito a ver los noticieros en los casos recientes, y corroborarlos con sus propios ojos.

  3. Estimado. te recomiendo analizar la relacion y actos de peru co respecto a Chile ahi entenderas el modus operandi que tiene el peru cuando se trata de otros paises que le molestan. Me gustaria contactarme contigo. De este lado tenemos mucho que aportar es bueno que por fin otros paises se esten dando cuenta de actos e intenciones de un pais que uchos años se victimzo y quejo de lo que ahora hacen. peru es el pais por excelencia que tira la piedra y esconde la mano, Chile y los chilenos lo sabemos de sobra desde hace siglos. Un abrazo.

  4. Disuasión Chilena dijo:

    Como otro dato puedes revisar el fenomeno que sucede con chilenos en peru que es muy similar al q sucede ahora con los venezolanos aun cuando los chilenos no vamos como inmigrantes sino como turistas al peru, muchos peruanos hacen un monton de delitos, escamdalos, problemas o estan involucrados en sitaciones similares es comun ya en Chile y practicamente nadie acá hace amarillismo ni se sorprende ni se exacerban sentimientos de algun tipo. Ni siquiera los medios de prensa con exepcion cuano se trata de delitos muy graves que peruanos realicen en CHile. Pero el caso inverso es distinto si un chileno orina en la calle en peru, o hace cualquier cosa menor o faltas, que llamen la atencion sale en todo el peru tanto en la prensa escrita como medios de tv y es exacerbado y aumentado en su gravedad al maximo esto es por el trauma y resentimientos antichilenos provenientes de temas historicos entre uestros 2 paises. En peru es comun hacerle mala fama y excarbar todo lo que pueda dejar mal a Chile y a los chilenos. La prensa peruana es experta en mostrar a un otro como lo peor y victimizarse. De hecho hay pasquines como el diario la razon del peru o el men o el semanario el poder que son pasquines de poca mota pero especializados en hostigar, insitigar una mala prensa hacia lo chileno. Y cuando se les confronta desde Chile dan la misma explicacion esos diarios no los lee nadie, no importan (beto ortiz periodista peruano le dijo eso al periodista chileno Santiago Pavlovich cuando este ultimo le dijo que medios de ese tipo no existian en CHile) o como Julio Cesar Rodriguez comunicador chileno le dijo al mismo Ortiz en un enlace cuando este peruano llamo al odio por los temas del fallo de la haya que se iba a dar que el no deia llamar a odios entre los paises por que justamente el tenia una responsabilidad social al ser un comunicador y se descubrio que uno de los motivos de ese odio a lo chileno fue que un ex gerente de un canal del cual fue despedido era de por coincidencia chileno juntando cosas personales con los temas historicos ya sabidos, en peru existen personajes con microfono como Phillips Buters que habla en la TV y medios pestes y odios contra Chile y nadie cuerdo en ese pais es capaz de señalarlo. En tiempos de la copa america un peruano comico y q tenia un programa nocturno en la tv abierta nos llamo «CHILENITOS RECULIAOS» con rencor y resentimiento debido a la derrota que la seleccion de futbol de Chile le habia dado a la peruana, aumantada ya on el odio historico del peru hacia Chile. Puedes corroborar estos datos en la misma web. Hechos que en CHile en la prensa escrita y TV por ejemplo no se dan y si se dieran serian un gran escandalo y hasta constitutivos de delito para la ley chilena. Muchos años peruanos se quejaron de xenofobia de Argentina y Chile pero ellos al ser receptores de inmigrantes son mucho peores. Aca en mi ciudad fronteriza con peru, dias atras me atendio en una empresa de transporte de carga una chica muy amable primero por telefono y luego en persona era venezolana, abogada, le deseé el mejor de los exitos en mi pais. ya que por lo menos en Chile ops venezolanos que han llegado han sido en su mayoria gente de excelente nivel. Saludos y ojala si quieres precisar mas algunos datos me contactes. Un abrazo!

  5. Eduardo Gómez dijo:

    Tu debe ser hijo de inmigrantes venezolanos, imposible que no entiendas que los peruanos nunca hemos sido xenófobos por el contrario hemos sido el país más xenomaniaco del mundo ni que decir de la prensa televisiva por intereses internacionales pro inmigracionistas de los globalistas han promovido como nunca antes la invasión venezolana sin escrúpulo alguno, el canal 2 ha promovido ferias laborales pro venezolanos, contrataciones de modelos venezolanos en programas televisivos, ¿entonces de que xenofobia hablas?. ¿Acaso no sabes que el PERÚ es uno de los países más pobres de latino américa por culpa directa de sus gobernantes? con más de medio millón de peruanos desempleados, hospitales colapsados y ahora nos pretenden obligar a tolerar la invasión venezolana incluyendo prontuariados delincuentes, vienen a exigir derechos que no fueron capaces de exigir en su propio territorio. VAYAN A MÉXICO Y PREGUNTEN A LOS MEXICANOS COMO LES ETIQUETAN LOS MIGRANTES CENTROAMERICANOS QUE SE DIRIGEN A EEUU.

  6. […] No sé ustedes, pero para mí el verdadero chiste es que páginas informativas de medio mundo conviertan un cable de una agencia en el que se indica que un oficial ruso realiza un comentario en broma en una noticia que apalanca una de las más absurdas y extendidas teorías de la conspiración. El chiste es que en las redacciones parece que todo vale con tal de publicar un titular atractivo que “garantice” un buen puñado de clicks. […]

  7. Judith dijo:

    Algo anda mal con el autor del articulo. Soy de la tercera edad y he vivido la mitad de mi vida en EEUU y 2 years en Argentina. Hablo como inmigrante que he sido. No hay pais en el mundo que te reciba con los brazos abiertos. Se cuidan las fronteras porque se trata de proteger o dar preferencia a los nativos por logica (si no eres bien tratado en tu pais entonces donde en el mundo?). Los peruanos hemos sido y somos demasiado generosos con los venezolanos. Ellos por el contrario han traido un gran numero de crimenes y asaltos, muchisimo mas que alguna otra comunidad inmigrante en la historia del Peru!. INFORMESE!! Digame que otra comunidad de inmigrantes ha cometido tantas fechorias y crimenes como los venezolanos? Estamos a fines de Junio 2019 y casi cada dia hay en las noticias asesinatos atroces y delincuencia. No somos un pais del primer mundo. Los venezolanos tienen hasta SIS (el seguro gratuito del estado) que yo al igual que muchos otros peruanos sin trabajo no lo tenemos. Ud. dice ser peruano y sabra que entre peruanos nos tratamos de lo peor (el peor enemigo de un peruano es otro peruano) pero al extranjero le abrimos las puertas. Debemos ser primero los peruanos en el Peru y luego los extranjeros y eso no pasa. Una lastima que exista gente como Ud. que critique a los medios de comunicacion por decir la verdad.

  8. Francis rondon dijo:

    Hola, soy madre de un joven de 25 años q tuvo q irse a Perú por las razones obvias con los q los venezolanos emigran, ahora vivo una zosobra debido a la cruenta situación de xenofobia ..resultando q se está haciendo una guerra silente de venganza entre peruanos y venezolanos donde se aprecian videos de muertes y amenazas de ambos lados, peruanos va venezolanos y viceversa, despertando el odio entre estos y sus compatriotas..hay q hacer algo..no escucho al estado de ambos países hacer nada..sera q están esperando una masacre donde inocentes mueran justo por pecadores? Dios nos proteja y proteja a todos, peruanos y venezolanos. Hay q buscar las herramientas y soluciones para evitar una guerra sin cuartel creada por la especulación de unos cuantos y el desinterés de los gobiernos.

Responder a Disuasión ChilenaCancelar respuesta